Robots humanoides: ¿por qué fascinan y qué objetivos persiguen las empresas?
Robots Ago 23, 2025

La fascinación por los robots humanoides no es un fenómeno reciente; surge de una combinación de ciencia ficción, avances tecnológicos y redes sociales. En los últimos años, sin embargo, el interés ha ido más allá del entretenimiento: los fabricantes y gobiernos están invirtiendo millones de dólares para convertir estos autómatas en asistentes útiles para las industrias y los hogares. Un informe de la Federación Internacional de Robótica destaca que, además de la inspiración cinematográfica, existe un fuerte componente económico y demográfico. En países industrializados, el envejecimiento de la población y la falta de personal cualificado impulsan la búsqueda de máquinas capaces de asumir tareas físicas que hoy dependen de las personas.
El objetivo de las empresas que desarrollan robots humanoides es crear un asistente de uso general que pueda moverse, manipular objetos y comunicarse en entornos diseñados para humanos. A diferencia de los robots industriales tradicionales, que están fijos y programados para operaciones repetitivas, un humanoide debe desplazarse por pasillos, subir escaleras y interactuar con herramientas y dispositivos variados. La IFR explica que alcanzar ese nivel de versatilidad requiere avances coordinados en motores eléctricos, baterías de alta densidad energética, sensores de visión, sistemas de equilibrio y control, y algoritmos de inteligencia artificial capaces de planificar movimientos complejos. El reto no es solo construir un cuerpo mecánico resistente, sino integrarlo con un «cerebro» que interprete lo que ve y actúe en consecuencia.
La irrupción de la IA generativa y los modelos de lenguaje ha abierto nuevas posibilidades para enseñar a estos robots. Tradicionalmente, los humanoides se programaban tarea por tarea, pero ahora pueden aprender viendo a los humanos o recibiendo instrucciones en lenguaje natural. Grandes empresas tecnológicas como NVIDIA desarrollan chips especializados para acelerar el aprendizaje de redes neuronales; Tesla aprovecha la experiencia de sus coches autónomos para dotar a sus robots de percepción y control en tiempo real; Amazon, a través de su división de logística y su asistente Alexa, investiga cómo integrar robots en almacenes y hogares. Al mismo tiempo, gobiernos como el de Estados Unidos financian proyectos a través de agencias como DARPA, mientras China anunció su intención de producir humanoides en masa para 2027, utilizando su cadena de suministro y sus capacidades de fabricación.
Estas inversiones no están exentas de desafíos éticos y sociales. Los robots diseñados para asistir a personas mayores podrían mejorar la calidad de vida, pero también plantean preguntas sobre el contacto humano y la privacidad. La colaboración con trabajadores humanos en fábricas o comercios exigirá normas de seguridad estrictas para evitar accidentes. Además, la perspectiva de robots capaces de aprender de forma autónoma suscita debates sobre control y responsabilidad. Aun así, la IFR concluye que la década de 2020 podría ser recordada como la época en la que la robótica humanoide dio el salto de los laboratorios a las calles. Con avances en IA generativa y el creciente interés de la industria, los robots bípedos podrían pasar de ser curiosidades a convertirse en herramientas cotidianas que complementen nuestras vidas.